ESCAPADA De: Ingrid Pereira Mesecke, 27 de Febrero de 2012, CHILE.-
Mil horas,
mil relojes,
que lanzan a quemaropa,
los tiempos eternos y los idos.
Campanas, mil campanas
que doblan los sonidos de la mente.
Y un artefacto sublimemente acariciado
que confeccioné para tí.
El regalo
que en la tienda compraré
para tu cumpleaños,
que perdurará,
que guardaré en un cofre,
en el altillo
de los sueños nacarados.
Para ponerte alas
en madrugada festiva,
para que viajes, te internes,
corras por las
circunvalaciones de la vida.
Me puse un traje y un pañuelo,
para pintarme la boca
en un espejo
de alhelíes azules
o anaranjados.
Para salir de prisa
tras de tí,
con la cartera en la cintura,
con los tacones brillantes
y la pasión desbordada
debajo de la blusa.
Para que tomemos
el mismo tren
y nos sentémos
en la misma estación,
cogidos de la mano
como palomas trasnochadas.
Embriagados de luz y de misterios.
Entonces,
haremos una mueca irónica
de lo que ha sido...
y nos iremos corriendo
tras el velo de la noche.
Para que me poseas nítida,
como estatua de mármol,
que a tus ojos gira y baila.
Y entonces
me adentraré
en todos los pueblos
de tu dicha.
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