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La hora del rezo De: Ingrid Pereira Mesecke 7, Septiembre de 2014, Chile

7 de septiembre de 2014 a la(s) 9:58
LA HORA DEL REZO
(Pié forzado-rima)



Vuelve el dia
entremezclado de sol.
Invierno que cierra sus cortinas.
Camina el día.
Silencioso, para no despertar
aún a la noche,
que se quedó resguardada
en la persiana azul
de la primera dormida.
El perro rasguña la puerta
de madera, que barniza
la brisa.
Pan en el horno
calienta la cocina.
Lluvia solemne, de cuatro días.
Asoma la montaña por el cielo.
Cordillera blanca, fría.
Un deseo quebra la ventana.
El rayo blanco ilumina.
Por las paredes concavas
de esmerilada estalactita
veo unas fotos añejas,
una jarra y mantequilla.
Salto de cascada, la Cuz del Sur,
Galaxias escondidas.
No te asomes por la calle
si no ves venir el día,
pintado de gorriones
y de flores amarillas
Yo tus ojos, esos extraños
que perfilan sombras oblicuas,
lejos los tengo lejos
para acariciar el día
¿Donde fueron los Dinosaurios ?
si tu piensas aquel día,
¿palpitaron lenguas de fuego?
¿o talvez lava encendida?
Emergo de la claraboya
de una mar embravecida,
ocultando mariposas
y esmeraldas esparcidas.
En el canto de la noche
se martiriza el día
rasgando mi equipaje
en la playa sumergida.
Si el viento de las hojas
de las hojas rojas y lila
me devuelve el crucifijo
estaré agradecida.