UNA PAGINA EN EL VIENTO
No escribo una página
desde los tiempos en que el sol ocre
se anidaba en las rocas.
Un fulgor de mi destello
se quedó parado en el camino.
Ahora siento mirlos, gaviotas, pájaros
que trinan y graznan cerca de las olas
La apostacía de mi dolor ya no vendrá,
porque el cielo puede más al compás
del reloj de arena en la sombra.
Y el abismo de flores, de batallas.
En esos acantilados de marchas épicas
Con un libro en la mano
que me recuerda a Roldán.
No tengo más que sentimientos azules
que bordean la costra litoral
del sur
Con los hielos al tope del alma
Con las estrellas frías que cruzan los
meridianos territoriales de la neblina.
Es gris, es frío, es Febrero, casi Marzo.
Y giraste mi vestido de sueños
En una perpleja espiral de concha caracolada
En una oblicua cicatriz de sol y de misterio
¿Veré la lluvia que masca el cielo en el invierno
marino ?
¿Sacaré contigo desde la orilla los plateados
peces de cristalinas escamas?
Sueño con ese vaivén del viento en el pelo
Con luciérnagas atrapadas en mi manta gruesa
El calor de tu beso, el silencio de tu roce
Quizás el sexo bajo los árboles.
Besos mordidos, bajo las estrellas.
Pasión de la carne, al contacto de nuestros
vuelos imaginarios
Con sombras marfiladas de aureados susurros
de noche, de alcoba y de luna
Gemidos...entrega...entrega en la arena
Vestida de ráfagas de fuego.
Tu me gustas y te escapas
en este juego de marionetas felices.
Tu máscara no es más que mi antifaz de lujuria.
desde los tiempos en que el sol ocre
se anidaba en las rocas.
Un fulgor de mi destello
se quedó parado en el camino.
Ahora siento mirlos, gaviotas, pájaros
que trinan y graznan cerca de las olas
La apostacía de mi dolor ya no vendrá,
porque el cielo puede más al compás
del reloj de arena en la sombra.
Y el abismo de flores, de batallas.
En esos acantilados de marchas épicas
Con un libro en la mano
que me recuerda a Roldán.
No tengo más que sentimientos azules
que bordean la costra litoral
del sur
Con los hielos al tope del alma
Con las estrellas frías que cruzan los
meridianos territoriales de la neblina.
Es gris, es frío, es Febrero, casi Marzo.
Y giraste mi vestido de sueños
En una perpleja espiral de concha caracolada
En una oblicua cicatriz de sol y de misterio
¿Veré la lluvia que masca el cielo en el invierno
marino ?
¿Sacaré contigo desde la orilla los plateados
peces de cristalinas escamas?
Sueño con ese vaivén del viento en el pelo
Con luciérnagas atrapadas en mi manta gruesa
El calor de tu beso, el silencio de tu roce
Quizás el sexo bajo los árboles.
Besos mordidos, bajo las estrellas.
Pasión de la carne, al contacto de nuestros
vuelos imaginarios
Con sombras marfiladas de aureados susurros
de noche, de alcoba y de luna
Gemidos...entrega...entrega en la arena
Vestida de ráfagas de fuego.
Tu me gustas y te escapas
en este juego de marionetas felices.
Tu máscara no es más que mi antifaz de lujuria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario