jueves, 12 de marzo de 2015

ESA TARDE

ESA TARDE


A veces quisiera alcanzar tus ojos, tu tiempo
tu memoria.
Enrredarme en tus mismos árboles,
bajo las raíces.
A veces quisiera tocarte la boca con mis
dedos.
Abrazar tu cuello, tu espalda, decirte al oído.
Caminar junto a los campos y los bosques
una mañana de Junio.
Recorrer los horizontes plateados y los
crepúsculos color vino.
A veces quisiera ser el ramal de tus venas.
El cielo de tu cicatrices.
El zurcido del alma en tus dolores.
Quisiera ser fuego encendido en tus manos
de flores frescas.
Río y cascada de tus desnudas ansias varoniles.
Una lágrima tuya, que alguna vez rodó por
tu cara.
Una espiga altiva y silenciosa en tu prado
de huella silenciosa.
En tu casa blanca, en la calle de los peregrinos
de tu pueblo.
El campanario del Cristo, la iglesia.
Una paloma, una torcaza , un estornino en el camino
que lleva a la granja.
Las azucenas blancas del vestido de tu madre.
El sombrero de fieltro negro, de tu padre.
A veces...quisiera imaginar.
Quisiera ser la arcilla del vaso que está en la mesa.
Esa tarde, esa tarde, de uvas en la frutera.

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