(de Fuerte y claro)
Oigo mi voz que repica.
Como campana de monasterio.
Los frailes se levantan.
Lavan sus rostros de acero.
Por las calles empedradas.
Una muchacha dormida.
Vaga la noche entera.
Con droga ya va vestida.
Me pregunto tantas cosas.
Y me siento aturdida.
Pensando en el descriterio.
De los frailes de la misa.
Un corro de niños celestes.
Preparan ofrendas divinas.
Mientras los frailecillos.
Por las cortinas miran.
Caen pesados relojes.
A la hora de comida.
Llega la noche toda.
Vestida en su muselina.
Los frailes ya se divierten.
Entre las carnes tibias.
De niños inocentes.
Que por el pan y la vida.
Caen como ovejas negras
En manos de pedofilia.
Asquea desde la puerta.
La sotana y la camisa.
Abierta de punta a cabo.
Para hacer la cobardía.
Al Cristo ya lo bajaron.
de la cruz en ese día.
Que protegidos por grandes.
Hicieron sus fechorías.
Los grupos adinerados.
Les besan los pies con prisa.
Los obispos no detienen.
La vil y cruel burguesía.
Se han ensuciado las manos.
De miseria apocalíptica.
Y han jurado por el Santo de Israel.
Su porquería.
El Santo Oficio les paga.
Para dar palabra viva.
de un Cristo sufriente.
Que clavado; así moría.
Más sus impulsos frenéticos.
Basados en sodomía.
Han abierto las puertas.
Para seguir la inmundicia.
El Evangelio de Dios.
Lo tiraron por la esquina.
Escoria a los pescadores.
Que seguían las Profecías.
A la niña la violaron.
A los niños caricias prohibidas.
A los padres de estos pobres.
Canastas con hortalizas.
Para tapar el pecado.
Huevos de sus gallinas.
Sus manos recorren todas.
Cuerpos púberes-infantiles.
La saliva de estos monstruos.
De bocas grotescas,febriles.
Marcaron almas ya puras.
Quemando con cicatrices.
esos días venturosos.
De juegos y volantines.
Sacrilegio es no ir misa.
Con vestido de Domingo.
Pasaerse todos desnudos.
Corriendo por los pasillos
¡Ese sí es culto Dioses !
Como ofrenda y sacrificio.
En el vino y en la mesa.
Al Cristo que le han mentido.
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