martes, 6 de enero de 2015

PERENTORIO De: Ingrid Pereira Mesecke,Enero 6 de 2015.-

6 de enero de 2015 a la(s) 16:35
PERENTORIO



Hombre abre la boca a los flores del rocío
Abrete a los sentimientos.
Hombre abre la boca a las estrellas nuevas
que es perentorio hacerlo
Abre la boca y el alma cuando aun no esté
lloviendo.
En  la gota de agua que cae, alza la frente
al cielo.
A los vientos que encorvados, doblan arboles
de acero, pon tu pecho y manifiesta un goce
de dicha eterno.
A las brisas matutinas, que vienen del mar corriendo
pon tu piel, tus esperanzas, al azul que ya es intenso.
A las cascadas de aguas que bajan desde los cerros,
pon tu brazo formidable y bebe los aguaceros.
A las constelaciones , en collares de luceros
pon tus manos prodigiosas, tu semblante, tus esmeros.
A los cúmulos, las nebulosas, las lunas de los planetas,
ponle tus alas completas, ponles tu corazón
Y en una felíz canción vé danzando y te entregas
que vienes de alfa y omega...infinita exploción.
Por Génesis o por opción vé cantando o vé riendo,
ya que el gentil pensamiento se nos dió por adopción.
A los fulgores del sol, a sus dorados cabellos,
ponle alegres energías y olvídate de tus desvelos.
A las noches negras...negras, no le pongas por sombrero
pesadillas ni rencores, si no más bien el silencio.
A los caminos todos, a los valles y senderos.
tus huellas y tus pisadas, en las arenas del tiempo.
A los bosques milenarios hoy suelo de concreto,
pon barro, arcilla, greda, que una Araucaria ha muerto.
A los Canelos floridos, a la Rosa de los Vientos
un cadelero amarillo, un relámpago certero.
En tus naves ondulantes, en tus barcazas de fuego,
pon la llama que refulja el horizonte completo.
En la bobeda celeste, del mas grande firmamento,
tu corazón encendido de luces y de destellos.
A las nubes blancas gasas, arreboles como lienzos,
pon tus sueños, tus deseos y también pon tus anhelos.
A las huestes luminosas, a los ángeles perfectos,
tus banderas, pabellones, tus batallas, tus siniestros.
Y si una pena cualquiera te ha botado en tierra al suelo,
limpia las cicatrices, hermoséalas con unguentos.
Abre tus brazos a Dios ;a quién tengas por Supremo,
entrégale una plegaria o al menos sele sincero.
Dale la mano a la vida.
Dale reposo a tu aliento
Dale con fuertes renuevos, con los brotes del cerezo
Con hierbas enverdecidas.
Con jóvenes ramas de eneldo
Con espumas blancas de mar.
Con fiordos, montañas y cerros.
Y abre tu frente completa sin estigma, al Universo;
para anidar una alondra que marque el resurgimiento.
Dale la mano a la vida que es perentorio hacerlo.


Con Derechos de Autor, Santiago
de Chile, 2014.-




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  • Ingrid Pereira Mesecke
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