En las oscuras bocas de la muerte,
un polvo de Diablo y de brillo,
se coló por el postigo,
de madera de azafrán,
las cigarras al volar,
llevaban un viento de luces,
los campos llevaban cruces,
de jinetes de la mar,
ní una sola nota al cantar,
traspasaba tu amargura,
que al ser tan negra y obscura,
se olvidó de madrugar
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