Caíste a mí alma
como una gota
de cristal y almíbar
e imaginé tu amor
azul y clandestino.
No soñaré el sueño
del poeta loco
y desvelado,
no cogeré
la Rosa de los Vientos
para llegar a ti.
Sólo tomaré la sutileza,
que me traen
tus trovadores versos.
No meceré la luna
entre mis manos,
no atraparé
al sol incandescente,
no treparé las olas,
ni perfumaré
mis sábanas de Afrodita.
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