martes, 24 de enero de 2012

UN SUEÑO... ( los miedos )

UN SUEÑO...( los miedos ) De. Ingrid Pereira Mesecke, Enero 24, 2012. CHILE.-

de Ingrid Pereira Mesecke, el Martes, 24 de enero de 2012 a la(s) 7:46

Me recuerdo que Lola Hoffmann decía que había que hacerle caso a los sueños, recordarlos, anotarlos,dibujarlos, ponerle los colores y todos los más mínimos detalles.

Creo firmemente en el lenguaje onírico, porque nuestro subconciente nos dice quizás desordenadamente, a través de signos , símbolos, códigos muchas cosas.

Pues tuve un sueño.

Soñé que estaba en un lugar entre campo y playa, desconocido para mí.Iba caminando con dos sobrinas, una nieta y mi hijo Fernando, en busca de la playa. Era de noche y nos faltaba para llegar al mar. Desde la distancia y aún entre las sombras de la noche, vimos como rompía el océano en la playa. Al llegar muy cerca se volvió de día, un día esplendoroso de sol, limpio, azul, diáfano. Nos paramos a mirar reventar las olas en un acantilado, una especie de peñón muy peligroso.Les dije a los chicos que no se acercaran a la orilla porque se podían caer.Giré me di una vuelta para mirar hacia un punto lejano y cuando me volví ya no ví a Fernando a mí lado, miré hacia abajo, un acantilado enorme, muchos metros ,iba cayendo...pensé: " se vá a matar", sin embargo, cayó como una pluma, apenas una flexión de rodilla en el pavimento , vereda que apareció intempestivamente en mí sueño.

Fernando tenía una vara de incienso en la boca, soplaba y lanzada bocanadas de humo blanco y después lila-morado. Luego se lanzó en piquero al mar calipso, nadaba con una sobrina de Santiago,

Se mete bajo el agua limpia y transparente, lo veo desde la altura y pienso : "Ya vá a hacer apnea por gusto y gana"...Sale del agua, saca la cabeza y le grito desde la altura ¿Fernando caíste al vacío? No me responde a viva voz de :" Me tiré".

Entonces le dí una orden, un mandato " Sube inmediatamente".

Estaba felíz nadando en el mar, hacía giros y piruetas, disfrutaba del agua.

Las pequeñas sobrinas, la nieta y yo mirábamos su goce desde las alturas.

Nunca, por supuesto accedió a mi mandato. Estaba felíz, dichoso, dueño de sus experiencias exquisitas.

El paisaje era hermosísimo.

Desperté muy asustada.

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