HOMENAJE ( A MI PADRE )
Desde el principio la flor
tenía u centro energético,
fecundo,
un abrir de brazos enorme,
un callejón profundo,
una boca enrojecida
de marionetas felices,
cantos, mariposas,
ácaros, lombrices.
Desde el principio la flor
fue un padre que contenía,
una madre que danzaba
con globos al mediodía.
Una mano estrechada
en el puente de las zozobras,
unas alas doradas,
una boca pintada,
una tarde de alondras.
Desde el principio la flor
fue amarilla y pura,
con retazos de seda
y miradas de duda,
con aletear de gorriones,
con gemir de dolores,
con besos entregados
bajo quitasoles.
Pudo ser que cantaba,
pudo ser que moría
con un ramo de flores
o un Planeta vigía,
con trompeta de bronce,
con flauta de madera,
con puerta cerrada,
con blanca morada,
con fronteras.
Desde el principio decía
que seríamos felices,
que en el circo los magos,
nos traerían perdices,
que en el cielo volaba
una cometa roja,
con hilos de gasa
y cintas de rosa.
Desde el principio la flor
tenía un magno sentido,
caballitos de madera,
espejismos de lirio,
cohetes espaciales,
muñequitas de olvido,
payasos encubiertos,
arlequines festivos.
Yo no pude zafarme
de abanicos floridos,
de tardes otañales
o laberintos perdidos,
sin embargo, en el duelo
de nuestros tantos sermones,
vuelan blancos sublimes,
tus pájaros , tus aviones.
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