ESTADO DE LOCURA ( IV )
Nunca
más allá de la existencia.,
dejé volar los sueños rotos
de papel, de carbón,
eran de azul negrura
y no los veía,
talvez porque estaba recostada
en el diván de las abúlicas sombras
oblicias y profundas,
de una existencia nociva.
No servían de nada
los veleros blancos
que avanzaban
apesadumbrados
por un mar viscoso
y espeso
ni las gaviotas que eché a volar
con mil puestas en escena
en el teatro de los monjes y
marionetas.
No tenían raíces, ni pies
los árboles
que había plantado
para que dieran fruto bueno,
mas dieron guijarros
como agijones oscuros
en una niebla
dividida en
vapor nefasto y difuso.
Me sustenté de las garras
de un alacrán amargo,
porque creí que lo regeneraría,
y le daría alas doradas
y talvez nobles,
pero....
estaba contaminado de rabia
y de tristexa
Entonces me baje en
la primera estación
que tocaron mis pasos
porque ya no quise,
porque quise salirme
de todo lo que
enjendraba dudas y
seres mitológicos desordenados,
de lo que producía pánicos
en la rivera ,
en el borde de las
ideas oníricas.
Me salí de golpe,
ebullí sobre las mareas,
até los cabos sueltos
grabé nombres en el vidrio
de las botellas
y remé a la orilla,
para ver las siluetas
de ángeles que me prometían
cantos,
guiarnarlas floridas
y nuevas fronteras.
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