ESTADO DE LOCURA V
Tenía la luna
desordenada bajo
los zapatos
y no lo sabía
...o lo olvidé.
Los trenes gemían
sobre rieles de azúcar,
para alcanzar tu nombre,
que se pegó
al vuelo
de un viento
de organza y caramelo.
Me hicieron guiño
dos estrellas
con ojos ambarados,
engarzados
en cuencas celestes
profundamente tristes,
profundamente valientes.
Desaperté al sol,
le pedí un dedo
de plata
para que me trasportara
al infinito remanzo de tu boca.
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